JUAN 12:12-28
JUAN 12:12-28 RV2020
Al día siguiente, muchos de los que habían acudido a la fiesta, al enterarse de que Jesús se acercaba a Jerusalén tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle clamando: —¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! Jesús halló un asnillo y montó sobre él, según dice la Escritura: No temas, hija de Sion; tu Rey viene, montado sobre un pollino de asna . Al principio, sus discípulos no entendieron estas cosas, pero cuando Jesús fue glorificado se acordaron de que estaban escritas acerca de él y que se habían cumplido. Y la gente que estaba con él cuando ordenó a Lázaro que saliera del sepulcro y le resucitó de entre los muertos daba testimonio del hecho. También por esto, por haber oído contar el milagro realizado por Jesús, una multitud había salido a recibirle. Mas los fariseos dijeron entre sí: —Ya veis que no conseguís nada. Mirad, todo el mundo lo sigue. Entre quienes habían subido a adorar a Dios en la fiesta había unos griegos. Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le dijeron: —Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe se lo dijo a Andrés y ambos se lo comunicaron a Jesús. Jesús les respondió: —Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. Os aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, seguirá siendo un único grano, pero si muere produce mucho fruto. El que ama su vida la perderá; y el que en este mundo aborrece su vida la guardará para vida eterna. Si alguno quiere servirme, sígame. Donde yo esté, allí también estará mi servidor. A quien me sirva, mi Padre le honrará. Ahora está turbada mi alma. ¿Voy a decir: Padre, sálvame de esta tribulación? Pero si precisamente he venido para vivir esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: —Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez.