ISAÍAS 43:1-28
ISAÍAS 43:1-28 RV2020
Ahora, así dice el Señor, Creador tuyo, Jacob, y Formador tuyo, Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. Porque yo, el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba a cambio de ti. Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado; daré, pues, hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia y del occidente te recogeré. Diré al norte: «¡Trae aquí!», y al sur: «¡No los retengas; trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra, a todos los que son llamados por mi nombre, que para gloria mía los he creado, los formé y los hice!». Sacad al pueblo ciego que tiene ojos y a los sordos que tienen oídos. Congréguense a la vez todas las naciones y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos puede hacernos saber esto y hablarnos de cosas pasadas? Que presenten sus testigos y se justifiquen; que sean oídos y se diga: «Es cierto». Vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis y entendáis que yo soy; antes de mí no fue formado dios alguno ni lo será después de mí. Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay quien salve. Yo anuncié y salvé, hice oír y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice el Señor, de que yo soy Dios. Aun antes que hubiera día, yo era, y no hay quien pueda librar de mi mano. Lo que yo hago, ¿quién puede desbaratarlo? Así dice el Señor, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros enviaré gente contra Babilonia y haré descender como fugitivos a todos ellos, incluyendo a los caldeos, en las naves que eran su orgullo. Yo, el Señor, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. Así dice el Señor, el que abre camino en el mar y senda en las aguas impetuosas; el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; se extinguen, como pábilo son apagados. No os acordéis de las cosas pasadas ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. Yo hago algo nuevo; pronto saldrá a luz, ¿no lo conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Las fieras del campo me honrarán, los chacales y las crías de avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la tierra estéril, para que beba mi pueblo, mi escogido. A este pueblo lo he creado para mí; y él proclamará mis alabanzas. Y no me invocaste a mí, Jacob, sino que de mí te cansaste, Israel. No me trajiste los animales de tus holocaustos ni me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda ni te hice fatigar con incienso. No compraste para mí caña aromática por dinero ni me saciaste con la grasa de tus sacrificios, sino que pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades. Yo, yo soy quien borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Hazme recordar, entremos juntos a juicio. ¡Habla tú para justificarte! Tu primer padre pecó y tus enseñadores se rebelaron contra mí. Por tanto, yo profané a los príncipes del santuario, entregué a maldición a Jacob y por ultraje a Israel.