ISAÍAS 2:1-22
ISAÍAS 2:1-22 RV2020
Lo que vio Isaías hijo de Amoz, acerca de Judá y de Jerusalén. Acontecerá que al final de los tiempos será establecido el monte de la casa del Señor como cabeza de los montes; será exaltado sobre los collados y correrán a él todas las naciones. Vendrán muchos pueblos y dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas». Porque de Sion saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor. Él juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. Venid, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor. Ciertamente, tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros. Su tierra está llena de plata y de oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos y sus carros son innumerables. Además, su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos. Así se ha inclinado el hombre y cada uno se ha humillado; por tanto, no los perdones. ¡Métete en la peña y en el polvo escóndete de la presencia temible del Señor y del resplandor de su majestad! La mirada de los altivos será abatida; la soberbia humana será humillada. Solo el Señor será exaltado en aquel día. Porque el día del Señor de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo el que es arrogante, para humillarlo; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; sobre todos los montes altos y sobre todos los collados elevados; sobre toda torre alta y sobre todo muro fortificado; sobre todas las naves de Tarsis y sobre todos los barcos lujosos. La altivez humana será abatida; la soberbia humana será humillada. Solo el Señor será exaltado en aquel día. Y acabará por completo con los ídolos. Se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, a causa de la presencia temible del Señor y del resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Aquel día la gente arrojará a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorara. Se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, a causa de la presencia formidable del Señor y del resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra. ¡Dejad de confiar en el hombre, que es muy poco lo que vale! ¡Su vida no es más que un soplo en la nariz!