HEBREOS 4:8-16
HEBREOS 4:8-16 RV2020
Si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, aún queda un reposo para el pueblo de Dios, porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga imitando el mismo ejemplo de la desobediencia. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y ninguna cosa que Dios ha creado puede ocultarse de su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas. Por tanto, ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo de la misma manera que nosotros; pero él no pecó. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia en el momento en que precisemos de su ayuda.