Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

GÉNESIS 17:8-27

GÉNESIS 17:8-27 RV2020

Te daré a ti y a tu descendencia después de ti la tierra en que habitas, toda la tierra de Canaán, en heredad perpetua; y yo seré su Dios. Dijo de nuevo Dios a Abrahán: —En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti de generación en generación. Este es el pacto que yo hago con vosotros y con tu descendencia después de ti: Todo hombre de entre vosotros será circuncidado. Circuncidaréis la carne de vuestro prepucio, como señal del pacto entre nosotros. A los ocho días de edad será circuncidado todo hombre entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa y el comprado por tu dinero, de modo que mi pacto esté en vuestra carne por pacto perpetuo. El incircunciso, aquel a quien no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por haber violado mi pacto. Dijo también Dios a Abrahán: —A Sarai, tu mujer, no la llamarás Sarai, sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré, y también te daré un hijo de ella. Sí, la bendeciré y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos nacerán de ella. Entonces Abrahán se postró sobre su rostro, y se rio y dijo en su corazón: «¿A un hombre de cien años habrá de nacerle un hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, habrá de concebir?». Y dijo Abrahán a Dios: —Ojalá pueda vivir Ismael en tu presencia. Respondió Dios: —Ten por seguro que Sara, tu mujer, te dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. Y en cuanto a Ismael, también te he oído. Lo bendeciré, lo haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; engendrará doce príncipes y haré de él una gran nación. Pero yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene por este tiempo. Acabó Dios de hablar con Abrahán, y se alejó de él. Entonces tomó Abrahán a su hijo Ismael, a todos los siervos nacidos en su casa y a todos los comprados por su dinero, a todo hombre de la casa de Abrahán, y circuncidó la carne del prepucio de todos ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho. Tenía Abrahán noventa y nueve años de edad cuando circuncidó la carne de su prepucio. E Ismael, su hijo, tenía trece años cuando fue circuncidada la carne de su prepucio. En el mismo día fueron circuncidados Abrahán y su hijo Ismael; todos los hombres de su casa, tanto el siervo nacido en casa como el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.