GÁLATAS 5:5-26
GÁLATAS 5:5-26 RV2020
Nosotros, por el Espíritu, aguardamos por fe la esperanza de la justicia. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Vosotros corríais bien. ¿Quién os estorbó para que dejarais de obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. «Un poco de levadura fermenta toda la masa». Cierto que el Señor me hace confiar en que no cambiaréis vuestro modo de pensar; pero el que os perturba, quienquiera que sea, llevará la sentencia. En cuanto a mí, hermanos, si aún predicara la necesidad de la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? Si fuera así se habría quitado el escándalo de la cruz. ¡Ojalá se mutilaran los que os perturban! Vosotros, hermanos, fuisteis llamados a ser libres; solamente que no uséis la libertad como pretexto para dar rienda suelta a vuestras bajas pasiones; más bien servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley se cumple en esta sola palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo . Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, tened cuidado, no vaya a ser que os destruyáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contrario al Espíritu y el del Espíritu es contrario a la carne; y estos deseos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Las obras de la carne son fáciles de reconocer, y son: adulterio, inmoralidad sexual, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra estas cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No busquemos la vanagloria, ni nos irritemos unos a otros ni sintamos envidia entre nosotros.