Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

GÁLATAS 4:8-31

GÁLATAS 4:8-31 RV2020

Ciertamente, en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses. Pero ahora que ya habéis conocido a Dios o, más bien, ya que habéis sido conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres principios con los que os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, las estaciones y los años. Temo que mi trabajo entre vosotros haya sido en vano. Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ninguna ofensa me habéis hecho. Bien sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni rechazasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubierais podido, os habríais sacado vuestros propios ojos para dármelos. ¿Acaso me he vuelto en vuestro enemigo por deciros la verdad? Hay quienes se interesan por vosotros, pero no para vuestro bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros os intereséis por ellos. Bueno es mostrar interés por lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy entre vosotros. Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues vosotros me tenéis perplejo. Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído lo que dice la ley? Pues dice que Abrahán tuvo dos hijos: uno de la esclava y el otro de la libre. El hijo de la esclava nació según una decisión humana; pero el de la libre, según la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí, que está en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, y esta, junto con sus hijos, vive en esclavitud. Pero la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre, pues está escrito: ¡Regocíjate, estéril, tú que no das a luz; grita de alegría y clama, tú que no tienes dolores de parto!, porque más son los hijos de la abandonada que los de la que tiene marido. Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la decisión humana perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también sucede ahora. Pero ¿qué dice la Escritura?: Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre . De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Planes de lectura y devocionales gratis relacionados con GÁLATAS 4:8-31