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EFESIOS 2:1-22

EFESIOS 2:1-22 RV2020

Vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados. Era otro tiempo en el que vivíais siguiendo la corriente de este mundo, y conforme al príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los incrédulos. Entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, y seguíamos los deseos de nuestra naturaleza humana, y hacíamos lo que nuestra naturaleza y nuestros pensamientos nos llevaban a hacer. Éramos por naturaleza objetos de ira, como también los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo —es por gracia que sois salvos— y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús, para mostrar en los tiempos venideros las abundantes riquezas de su gracia y su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no procede de vosotros, sino que es don de Dios. No es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie. Nosotros somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las que Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas. Por lo tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, que sois gentiles de nacimiento, erais llamados incircuncisos por los que se llaman de la circuncisión, aquellos que desde su nacimiento han sido físicamente circuncidados. Acordaos de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y erais ajenos a los pactos de la promesa; vivíais sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, pues derribó la pared intermedia de separación, y abolió en su cuerpo las enemistades. Puso fin a la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos pueblos uno solo y un nuevo ser humano, estableciendo así la paz. Él por medio de la cruz ha reconciliado con Dios a ambos pueblos en un solo cuerpo, dando en sí mismo muerte a las enemistades. Y vino y anunció la paz a vosotros que estabais lejos y a los que estáis cerca. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo. En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En Cristo vosotros también sois edificados en unión con él para ser la morada de Dios por medio del Espíritu Santo.

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