DANIEL 2:24-35
DANIEL 2:24-35 RV2020
Después de esto, fue Daniel a Arioc, al cual el rey le había ordenado matar a los sabios de Babilonia, y le dijo: —No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le daré la interpretación. Entonces Arioc se dio mucha prisa en llevar a Daniel ante el rey, y le dijo así: —He hallado un hombre de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación. Preguntó el rey a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: —¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió al rey: —El misterio que su majestad demanda, ni sabios ni astrólogos, ni magos ni adivinos podrían revelárselo. Pero hay un Dios en los cielos que revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los últimos días. Estos son tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama: Mientras estabas tú, mi rey, en tu cama, reflexionabas intentando saber lo que sucederá en el futuro; y el que revela los misterios te mostró lo que sucederá. Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en los demás seres vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. Tú, mi rey, veías en tu sueño una gran estatua. Era muy grande y su gloria, muy sublime. Estaba en pie delante de ti y su aspecto era terrible. La cabeza de la estatua era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra que nadie contó se desprendió, e hirió a la estatua en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Pero la piedra que hirió a la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.