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COLOSENSES 2:1-19

COLOSENSES 2:1-19 RV2020

Quiero pues, que sepáis qué gran lucha sostengo por vosotros, por los que están en Laodicea y por todos los que nunca me han conocido personalmente. Lucho para que sean alentados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Os digo esto para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy físicamente ausente, no obstante, en espíritu estoy con vosotros, y me alegra ver que sois muy ordenados y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Por tanto, ya que habéis creído en el Señor Jesucristo, vivid en él, arraigados y sobreedificados en él; reafirmados en la fe, tal como habéis aprendido, creciendo en ella con acción de gracias. Tened cuidado de que nadie os seduzca por medio de filosofías y engaños infundados basados en tradiciones humanas y conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y en él vosotros estáis completos, pues él es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados, pero no con una circuncisión en sentido físico, sino con la circuncisión llevada a cabo por Cristo, por la que sois despojados de vuestra naturaleza pecaminosa. Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados por la fe en la acción poderosa de Dios que lo levantó de los muertos. Antes vosotros estabais muertos en pecados y aún no habíais sido despojados de vuestra naturaleza humana, pero ahora Dios os ha dado vida juntamente con Cristo, y os ha perdonado todos los pecados. Él ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros, la cual nos acusaba; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Así, despojó de poder a los principados y a las potestades y, en su séquito triunfal, los exhibió en público para su vergüenza tras triunfar sobre ellos en la cruz. Por tanto, que nadie os juzgue en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto no es más que una sombra de lo que ha de venir; pero la realidad es Cristo. Que nadie os prive de vuestro premio alardeando de humildad y de rendir culto a los ángeles, entrando en detalles de cosas que no han visto; están llenos de orgullo debido a su mentalidad carnal; pero no están unidos a la Cabeza, por medio de la cual todo el cuerpo, a través de las coyunturas y ligamentos, se nutre y crece con el crecimiento que da Dios.