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HECHOS 16:3-15

HECHOS 16:3-15 RV2020

así que Pablo quiso que Timoteo lo acompañara. Para evitar problemas con los judíos que había en aquellos lugares, Pablo hizo que Timoteo se circuncidara, pues todos sabían que su padre era griego. Al recorrer las distintas ciudades entregaban a los hermanos, con el fin de que las cumplieran, las decisiones que los apóstoles y los ancianos de Jerusalén habían tomado. Así que las iglesias eran fortalecidas en la fe y aumentaban en número cada día. Como el Espíritu Santo les impidió proclamar la palabra en Asia, ellos se limitaron a atravesar Frigia y la provincia de Galacia. Llegaron a Misia e intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Después, habiendo pasado por Misia, descendieron a Troas. Allí, una noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre macedonio estaba en pie ante él y le suplicaba: —Pasa a Macedonia y ayúdanos. Inmediatamente después de la visión nos dispusimos a partir hacia Macedonia, pues estábamos convencidos de que Dios nos llamaba para anunciar allí el evangelio. Tomamos un barco en Troas y navegamos directamente a Samotracia. Al día siguiente a Neápolis y de allí a Filipos, la primera ciudad de la provincia de Macedonia y colonia romana. Estuvimos algunos días en esa ciudad. Un sábado salimos de la ciudad y fuimos junto al río, donde solía hacerse la oración. Allí nos sentamos y entablamos conversación con algunas mujeres que habían acudido. Una de las que escuchaba se llamaba Lidia. Era vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira y adoraba a Dios, y el Señor tocó su corazón para que aceptara lo que Pablo explicaba. Cuando ella y toda su casa fueron bautizados, nos hizo esta invitación: —Si consideráis sincera mi fe en el Señor, os ruego que os hospedéis en mi casa. Y nos instó con determinación a que nos quedásemos.

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