1 TIMOTEO 3:1-5
1 TIMOTEO 3:1-5 RV2020
Esto que digo es muy cierto: si alguno aspira a ser obispo, desea una obra insigne. En ese caso conviene que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar; no dado al vino ni amigo de peleas; ni codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, pacífico y que no sea avaricioso. Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sumisión con toda honestidad; (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios?).