1 TESALONICENSES 2:1-10
1 TESALONICENSES 2:1-10 RV2020
Hermanos, vosotros mismos sabéis que nuestra visita a vosotros no fue en vano. Al contrario, a pesar de haber sido maltratados y ultrajados en Filipos, como bien sabéis, Dios nos dio valor para anunciaros el evangelio de Dios en medio de una fuerte oposición. Porque nuestra exhortación nunca se ha basado en el error, ni en malas intenciones, ni en el engaño. Al contrario, si hablamos es porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No buscamos agradar a la gente, sino a Dios, que es quien examina nuestros corazones. Bien sabéis que nunca nos hemos valido de halagos, ni hay en nosotros avaricia encubierta. Dios es testigo de ello. Tampoco buscamos honores humanos, ni de vosotros ni de nadie. Y aunque podíamos habernos presentado con la autoridad propia de apóstoles de Cristo, sin embargo, os hemos tratado con ternura, tal como cuida una madre con delicadeza a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas. ¡A ese nivel ha llegado nuestro amor por vosotros! Os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo, mientras trabajábamos de noche y de día, para no ser una carga a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de que nos hemos comportado con vosotros, los creyentes, de una manera santa, justa e intachable.