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SALMOS 119:1-24

SALMOS 119:1-24 BLP

Felices los de conducta intachable, los que caminan en la ley del Señor. Felices los que guardan sus mandatos y los buscan con todo el corazón, los que no han cometido mal alguno y marchan por sus caminos. Tú estableciste tus preceptos para que se cumplieran fielmente. ¡Ojalá mi conducta fuera firme en el respeto a tus normas! Entonces no me sonrojaría al ver todos tus mandamientos. Te daré gracias sinceramente cuando aprenda tus justos decretos. Yo quiero respetar tus normas, ¡no me abandones por completo! ¿Cómo podrá un joven portarse rectamente? Viviendo de acuerdo a tu palabra. De todo corazón te busco, no dejes que incumpla tus mandatos. Guardo tus palabras en mi corazón para así no pecar contra ti. Bendito seas, Señor, enséñame tus normas. Yo proclamo con mis labios todos los decretos de tu boca. Al seguir tus mandatos me alegro más que en todas las riquezas. Meditaré tus preceptos y contemplaré tus sendas. En tus normas me deleitaré, no he de olvidar tu palabra. Favorece a tu siervo: viviré y respetaré tu palabra. Abre mis ojos para que vea las maravillas de tu ley. Soy extranjero en esta tierra, no me ocultes tus mandamientos. Me consumo anhelando sin cesar tus decisiones. Tú reprendes a los soberbios, maldito quien se aparte de tus mandatos. Aleja de mí la burla y la mofa, que yo guardo tus mandamientos. Aunque conspiren contra mí los poderosos, tu siervo medita tus normas. Tus mandatos son mi deleite, ellos son mis consejeros.

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