PROVERBIOS 24:8-34
PROVERBIOS 24:8-34 BLP
Al que trama maldades lo llaman malintencionado. La intriga del insensato es pecado, y la gente detesta al insolente. Si en día aciago flaqueas, eres flaco de fuerzas. Salva a los condenados a muerte, libra a los conducidos al suplicio. Pues, aunque digas que no lo sabías, el que juzga los corazones lo conoce, el que vigila tu vida lo sabe; y él paga a cada cual según sus obras. Come miel, hijo mío, porque es buena, el panal endulzará tu paladar. Pues así es la sabiduría para tu vida: si la encuentras, tendrás futuro y tu esperanza no se quebrará. No aceches la casa del justo, ni asaltes su morada; pues siete veces cae el justo y se levanta, pero los malvados se hunden en la desgracia. Cuando caiga tu enemigo, no te alegres; si tropieza, no saltes de gozo; no sea que el Señor, al verlo, se moleste y deje de estar enojado con él. No te irrites por los malhechores, ni envidies a los malvados. Porque el malo no tendrá futuro, la lámpara de los malvados se apagará. Respeta, hijo mío, al Señor y al rey, no provoques a ninguno de los dos; porque de repente llega su castigo y nadie conoce el furor de los dos. También lo que sigue es de los sabios: Discriminar personas en el juicio no está bien. A quien declara inocente al culpable, lo maldicen los pueblos, lo desprecia la gente; a quienes condenan al culpable, les va bien y son felicitados. Como beso en los labios es la respuesta acertada. Arregla tus asuntos urbanos, soluciona los del campo, y luego construirás tu casa. No declares sin razón contra tu prójimo ni utilices palabras engañosas. No digas: «Le pagaré con la misma moneda, me vengaré de lo que me ha hecho». Pasé por el campo del perezoso y visité la viña del necio: todo estaba lleno de espinos, los cardos cubrían la tierra y la cerca de piedras estaba derruida. Al contemplarlo reflexioné, al verlo aprendí la lección: un rato de sueño, otro de siesta, cruzas los brazos y a descansar; y te asalta como un bandido la pobreza y la penuria como un hombre armado.