MARCOS 15:6-20
MARCOS 15:6-20 BLP
En la fiesta de la Pascua, Pilato concedía la libertad a un preso, el que le pidieran. Había entonces un preso llamado Barrabás que, junto con otros sediciosos, había cometido un asesinato en un motín. Cuando llegó la gente y se pusieron a pedir a Pilato que hiciera como tenía por costumbre, Pilato les contestó: —¿Queréis que os ponga en libertad al rey de los judíos? Pues se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero estos incitaron a la gente para que les soltara a Barrabás. Pilato les preguntó de nuevo: —¿Y qué queréis que haga con el que llamáis rey de los judíos? Ellos gritaron: —¡Crucifícalo! Pilato preguntó: —Pues ¿cuál es su delito? Pero ellos gritaban más y más: —¡Crucifícalo! Entonces Pilato, queriendo contentar a la gente, ordenó que pusieran en libertad a Barrabás y les entregó a Jesús para que lo azotaran y lo crucificaran. Los soldados llevaron a Jesús al interior del palacio, es decir, al pretorio. Reunieron allí a toda la tropa, le pusieron un manto de púrpura y una corona de espinas en la cabeza, y empezaron a saludarlo: —¡Viva el rey de los judíos! Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, poniéndose de rodillas ante él, le hacían reverencias. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura, lo vistieron con su propia ropa y lo sacaron de allí para crucificarlo.