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ISAÍAS 22:1-14

ISAÍAS 22:1-14 BLP

Oráculo del valle de la Visión: ¿Qué te pasa que subes en masa a las terrazas, llena de jolgorio, ciudad bulliciosa, villa bullanguera? Tus heridos no son de espada, tus muertos no son de guerra. Tus jefes huyeron en bloque, los capturaron sin haber disparado; tus valientes eran apresados aunque habían huido lejos. Por eso digo: «Dejadme en paz. Lloraré hasta la amargura. No insistáis en consolarme del desastre de mi pueblo». Un día de espanto y desconcierto envía Dios, el Señor del universo: en el valle de la Visión se agrieta la muralla, gritos de angustia se elevan a los montes. Elam apresta su aljaba, envía carros y jinetes; Quir desnuda su escudo. Tus hermosos valles están llenos de carros, los jinetes apostados enfrente de las puertas; Judá está sin defensas. Aquel día pasabais revista a las armas en la Casa del Bosque, cuando visteis las grietas numerosas en los muros de la ciudad de David. Recogisteis el agua de la alberca de abajo; calculasteis el número de las casas de Jerusalén, derruisteis viviendas por reforzar los muros; hicisteis un depósito entre muralla y muralla, para recoger el agua de la alberca vieja. Pero no mirasteis a quien lo había hecho, no visteis a quien ya lo tenía dispuesto. Aquel día Dios, el Señor del universo, convocaba al llanto y al duelo, a afeitaros la cabeza, a vestiros de sayal. Ahora, en cambio, fiesta y alegría: a matar novillos y corderos, a hartaros de carne y de vino: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos». Pero Dios, Señor del universo, me ha revelado personalmente que este pecado no será expiado; seguiréis así hasta que muráis lo ha dicho el Señor del universo.