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GÉNESIS 17:8-27

GÉNESIS 17:8-27 BLP

A ti y a los descendientes que te sucedan os daré en posesión perpetua la tierra que ahora recorres como inmigrante, toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios. Y Dios añadió: —Tú y tus descendientes, de generación en generación, habréis de guardar mi alianza. Esta será la señal de la alianza que establezco con vosotros y con tu descendencia, y que deberéis cumplir: circuncidad a todos vuestros varones. Circuncidaréis la carne de vuestro prepucio y esa será la señal de mi alianza con vosotros. De generación en generación, todos vuestros varones serán circuncidados a los ocho días de nacer; también los esclavos nacidos en casa o comprados por dinero a cualquier extranjero que no sea de vuestra raza. Todos sin excepción, tanto el esclavo nacido en casa como el comprado por dinero, deberán ser circuncidados. Así mi alianza estará marcada en vuestra carne como una alianza perpetua. Pero el varón incircunciso, a quien no se haya cortado la carne de su prepucio, será extirpado del pueblo, porque habrá quebrantado mi alianza. Dijo Dios a Abrahán: —A Saray, tu mujer, ya no la llamarás Saray, sino Sara. Yo la bendeciré y ella te dará un hijo. La bendeciré y será madre de naciones; de ella saldrán reyes de pueblos. Cayó Abrahán rostro en tierra y se puso a reír pensando para sí: «¿Cómo va un centenario a engendrar un hijo, y Sara dar a luz a los noventa?». Entonces Abrahán dijo a Dios: —Me contento con que Ismael viva bajo tu protección. Dios le replicó: —Te digo que Sara te dará un hijo, al que llamarás Isaac. Con él y con sus descendientes mantendré perpetuamente mi alianza. En cuanto a Ismael, he escuchado tu petición y voy a bendecirlo; lo haré fecundo y le daré una descendencia muy numerosa; será padre de doce príncipes y haré de él un gran pueblo. Pero mi alianza será con Isaac, el hijo que te dará Sara dentro de un año por estas fechas. Cuando Dios acabó de hablar con Abrahán, ascendió alejándose de su lado. Aquel mismo día Abrahán tomó a su hijo Ismael y a todos los varones que estaban a su servicio —tanto los que habían nacido en su casa como los que había comprado— y circuncidó la carne de sus prepucios, tal como Dios le había ordenado. Abrahán tenía noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio, y su hijo Ismael tenía trece cuando fue circuncidado. En el mismo día fueron circuncidados Abrahán y su hijo Ismael; y fueron circuncidados con él todos los varones de su casa, tanto los nacidos en ella como los que fueron comprados a extranjeros.