2 CRÓNICAS 29:1-12
2 CRÓNICAS 29:1-12 BLP
Ezequías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante veintisiete años. Su madre se llamaba Abías y era hija de Zacarías. Actuó correctamente ante el Señor como había hecho su antepasado David. El primer mes del año primero de su reinado abrió las puertas del Templo del Señor y las reparó. Luego convocó a los sacerdotes y levitas, los reunió en la plaza oriental y les dijo: —Levitas, escuchadme: Purificaos ahora, purificad el Templo del Señor, Dios de vuestros antepasados, y sacad del santuario la impureza. Pues nuestros antepasados se revelaron y ofendieron al Señor nuestro Dios; lo abandonaron, se despreocuparon de la morada del Señor y le volvieron la espalda. Incluso llegaron a cerrar las puertas del atrio, apagando las lámparas y dejando de quemar incienso y de ofrecer holocaustos en el santuario al Dios de Israel. Por eso el Señor se ha enfurecido contra Judá y Jerusalén y las ha convertido en objeto de espanto, estupefacción y burla, como estáis viendo con vuestros propios ojos. Por eso nuestros mayores murieron a espada, y nuestros hijos, hijas y mujeres fueron deportados. Ahora quiero sellar una alianza con el Señor, Dios de Israel, para que aparte de nosotros su cólera. Por tanto, hijos míos, no os descuidéis, porque el Señor os ha elegido para estar con él, para servirlo como ministros y para ofrecerle incienso. Estos son los levitas que intervinieron: Májat, hijo de Amasay, y Joel, hijo de Azarías, descendientes de Queat; Quis, hijo de Abdí, y Azarías, hijo de Jalelel, descendientes de Merarí; Joaj, hijo de Zimá, y su hijo Eden, descendientes de Guersón