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Génesis 18:16-32

Génesis 18:16-32 NVI

Luego aquellos visitantes se levantaron y partieron de allí en dirección a Sodoma. Abraham los acompañó para despedirlos. Pero el SEÑOR estaba pensando: «¿Le ocultaré a Abraham lo que voy a hacer? Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra. Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del SEÑOR y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el SEÑOR cumplirá lo que le ha prometido». Entonces el SEÑOR le dijo a Abraham: ―El clamor contra Sodoma y Gomorra resulta ya insoportable, y su pecado es gravísimo. Por eso bajaré, a ver si realmente sus acciones son tan malas como el clamor contra ellas me lo indica; y, si no, he de saberlo. Dos de los visitantes partieron de allí y se encaminaron a Sodoma, pero Abraham se quedó de pie frente al SEÑOR. Entonces se acercó al SEÑOR y le dijo: ―¿De veras vas a exterminar al justo junto con el malvado? Quizá haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Exterminarás a todos, y no perdonarás a ese lugar por amor a los cincuenta justos que allí hay? ¡Lejos de ti el hacer tal cosa! ¿Matar al justo junto con el malvado, y que ambos sean tratados de la misma manera? ¡Jamás hagas tal cosa! Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia? El SEÑOR le respondió: ―Si encuentro cincuenta justos en Sodoma, por ellos perdonaré a toda la ciudad. Abraham le dijo: ―Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi SEÑOR, yo, que apenas soy polvo y ceniza. Pero tal vez falten cinco justos para completar los cincuenta. ¿Destruirás toda la ciudad si faltan esos cinco? ―Si encuentro cuarenta y cinco justos, no la destruiré —contestó el SEÑOR. Pero Abraham insistió: ―Tal vez se encuentren solo cuarenta. ―Por esos cuarenta justos, no destruiré la ciudad —respondió el SEÑOR. Abraham volvió a insistir: ―No se enoje mi Señor, pero permítame seguir hablando. Tal vez se encuentren solo treinta. ―No lo haré si encuentro allí a esos treinta —contestó el SEÑOR. Abraham siguió insistiendo: ―Sé que he sido muy atrevido en hablarle así a mi Señor, pero tal vez se encuentren solo veinte. ―Por esos veinte no la destruiré. Abraham volvió a decir: ―No se enoje mi Señor, pero permítame hablar una vez más. Tal vez se encuentren solo diez… ―Aun por esos diez no la destruiré —respondió el SEÑOR por última vez.