Deuteronomio 15:16-23
Deuteronomio 15:16-23 NVI
»Pero, si tu esclavo, porque te ama a ti y a tu familia y le va bien contigo, te dice: “No quiero dejarte”, entonces tomarás un punzón y, apoyándole la oreja contra una puerta, le perforarás el lóbulo. Así se convertirá en tu esclavo de por vida. Lo mismo harás con la esclava. No te pese dejar en libertad a tu esclavo, porque sus servicios durante esos seis años te costaron apenas la mitad de lo que le habrías pagado a un jornalero. Así el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas. »Apartarás para el SEÑOR tu Dios todo primogénito macho de tus manadas y rebaños. No pondrás a trabajar al primogénito de tus bueyes, ni esquilarás al primogénito de tus ovejas. Cada año, tú y tu familia los comeréis en la presencia del SEÑOR tu Dios, en el lugar que él habrá de elegir. Si alguno de esos animales está cojo o ciego, o tiene algún otro defecto grave, no se lo presentarás en sacrificio al SEÑOR tu Dios. En tal caso, podrás comerlo en tu propia ciudad, como si fuera una gacela o un ciervo, estés o no ritualmente puro. Pero no comerás la sangre, sino que la derramarás en la tierra, como si fuera agua.