Deuteronomio 11:1-17
Deuteronomio 11:1-17 NVI
»Amad al SEÑOR vuestro Dios y cumplid siempre sus ordenanzas, preceptos, normas y mandamientos. Recordad hoy que fuisteis vosotros, y no vuestros hijos, los que visteis y experimentasteis la disciplina del SEÑOR vuestro Dios. Vosotros visteis su gran despliegue de fuerza y de poder, y los hechos y señales que realizó en Egipto contra el faraón y contra todo su país. Vosotros visteis lo que hizo contra el ejército de los egipcios, y cómo desató las aguas del Mar Rojo sobre sus caballos y carros de guerra, cuando estos os perseguían a vosotros. El SEÑOR los destruyó para siempre. »Recordad también lo que él hizo por vosotros en el desierto, hasta que llegasteis a este lugar. Además, visteis lo que les hizo a Datán y Abirán, hijos de Eliab el rubenita, pues en presencia de todo el pueblo hizo que la tierra se abriera y se los tragara junto con sus familias, sus tiendas y todo lo que les pertenecía. Ciertamente vosotros habéis visto con vuestros propios ojos todas las maravillas que el SEÑOR ha hecho. »Por eso, cumplid todos los mandamientos que hoy os mando, para que seáis fuertes y podáis cruzar el Jordán y tomar posesión de la tierra, y para que viváis mucho tiempo en esa tierra que el SEÑOR juró dar a vuestros antepasados y a sus descendientes, tierra donde abundan la leche y la miel. Esa tierra, de la que vais a tomar posesión, no es como la de Egipto, de donde salisteis; allí vosotros plantabais vuestras semillas y teníais que regarlas como se riega un huerto. En cambio, la tierra que vais a poseer es tierra de montañas y de valles, regada por la lluvia del cielo. El SEÑOR vuestro Dios es quien la cuida; los ojos del SEÑOR vuestro Dios están sobre ella todo el año, de principio a fin. »Si obedecéis fielmente los mandamientos que hoy os doy, y si amáis al SEÑOR vuestro Dios y le servís con todo el corazón y con toda el alma, entonces él enviará la lluvia oportuna sobre vuestra tierra, en otoño y en primavera, para que obtengáis el trigo, el vino y el aceite. También hará que crezca hierba en los campos para vuestro ganado, y comeréis y quedaréis satisfechos. »¡Cuidado! No os dejéis seducir. No os descarriéis ni adoréis a otros dioses, ni os inclinéis ante ellos, porque entonces se encenderá la ira del SEÑOR contra vosotros, y cerrará los cielos para que no llueva; el suelo no dará sus frutos, y pronto vosotros desapareceréis de la buena tierra que os da el SEÑOR.