“¡Sed fuertes y valientes! No tengáis miedo ni os desaniméis ante el rey de Asiria y todo el numeroso ejército que le acompaña, porque nosotros tenemos más que él. Él cuenta con la fuerza de los hombres, pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos a pelear nuestras batallas.” Al oir las palabras del rey Ezequías, el pueblo se sintió animado.