Acuérdate de tu Creador
cuando todavía eres joven,
antes que lleguen los malos tiempos
y te aflija la vejez;
así no tendrás que decir:
«Ya no le encuentro gusto a la vida».
Ten siempre presente a tu Creador
antes de que el sol, la luna
y las estrellas se oscurezcan,
y vuelvan las nubes oscuras después de la lluvia.