Joel 3:3-13

Sobre mi pueblo echaron suertes; por el niño pagaron como por prostituta y vendieron a la niña por vino para beber. “Ustedes también, oh Tiro, oh Sidón y todas las comarcas de Filistea, ¿qué son para mí? ¿Quieren vengarse de mí? Si de mí se vengan, bien pronto haré que recaiga la paga sobre sus cabezas porque han llevado mi plata y mi oro. Mis cosas preciosas y hermosas han introducido en sus templos. Vendieron los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos para alejarlos de sus territorios. He aquí, yo los despertaré en el lugar a donde los vendieron y volveré su paga sobre su cabeza. Yo venderé a sus hijos y a sus hijas en mano de los hijos de Judá, y estos los venderán a los sabeos, a una nación distante, porque el SEÑOR ha hablado”. ¡Proclamen esto entre las naciones, declaren guerra santa, convoquen a los valientes! Acérquense y acudan todos los hombres de guerra. Hagan espadas de sus rejas de arado y lanzas de sus podaderas. Diga el débil: “Soy valiente”. Apresúrense y acudan todas las naciones de alrededor; congréguense allá. ¡Haz que desciendan allá tus valientes, oh SEÑOR! “Despierten las naciones y vayan al valle de Josafat, porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. Metan la hoz porque el grano ya está maduro. Vengan, pisoteen porque el lagar está lleno y rebosan las cubas; pues mucha es la maldad de ellos.