Los malvados y orgullosos persiguen a los humildes, pero acabarán por caer en sus propias trampas. Alaban a los ambiciosos, pero a ti te menosprecian. No te buscan, porque para ellos no existes. Son groseros. Levantan la nariz y presumen de su codicia, pues solo en eso piensan; ¡siempre les va bien en todo lo que hacen! Tus leyes, Dios mío, no las pueden entender. Se burlan de sus enemigos, y en su interior piensan que jamás fracasarán, que nunca tendrán problemas y que siempre serán felices. Sus palabras ofenden y lastiman; tras sus palabras esconden sus malas intenciones. Andan por las calles espiando a los inocentes, para caerles encima y matarlos a traición. Siempre se andan escondiendo, como el león en su cueva; siempre están dispuestos a saltar sobre la gente indefensa, y en cuanto la atrapan, la arrastran en su red. Y así, quedan humillados los que tienen la desgracia de caer bajo su dominio. Esos malvados piensan que a ti no te importa, y que hasta escondes la cara para no ver lo que pasa. ¡Vamos, Dios mío! ¡Llama a cuentas a los malvados! ¿Por qué han de burlarse de ti? ¡Pídeles cuentas de su maldad, y bórralos de este mundo! ¿Por qué han de creer que no les pedirás cuentas? Tú conoces su maldad, tomas en cuenta su violencia, y un día les darás su merecido. ¡Tú acabarás con su poder! ¡Dios mío, no te olvides de los humildes! Los huérfanos y desvalidos confían en ti; ¡tú eres quien los ayuda! Tú, Dios mío, reinas para siempre y escuchas la oración de los humildes. Tú defiendes a los huérfanos y a los que son maltratados; tú los animas y les prestas atención. Pero a los que no te reconocen los echarás de tu tierra, para que nadie en este mundo vuelva a sembrar el terror.
Share
Read Salmos 10
Save verses, read offline, watch teaching clips, and more!
YouVersion uses cookies to personalize your experience. By using our website, you accept our use of cookies as described in our Privacy Policy
Home
Bible
Plans
Videos