Deuteronomio 31:2-13
Deuteronomio 31:2-13 NVI
«Ya tengo ciento veinte años y no puedo seguir siendo su líder. Además, el SEÑOR me ha dicho que no voy a cruzar el Jordán, pues ha ordenado que sea Josué quien lo cruce al frente de ustedes. El SEÑOR su Dios marchará al frente de ustedes para destruir a todas las naciones que encuentren a su paso y ustedes se apoderarán de su territorio. El SEÑOR las arrasará como arrasó a Sijón y a Og, los reyes de los amorreos, junto con sus países. Cuando el SEÑOR los entregue en sus manos, ustedes los tratarán según mis órdenes. Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el SEÑOR su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará». Llamó entonces Moisés a Josué y en presencia de todo Israel le dijo: «Sé fuerte y valiente, porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que el SEÑOR juró dar a sus antepasados. Tú harás que ellos tomen posesión de su herencia. El SEÑOR mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes». Moisés escribió esta ley y se la entregó a los sacerdotes levitas que transportaban el arca del pacto del SEÑOR, y a todos los jefes de Israel. Luego ordenó: «Cada siete años, en el año del perdón de deudas, durante la fiesta de las Enramadas, cuando tú, Israel, te presentes ante el SEÑOR tu Dios en el lugar que él habrá de elegir, leerás en voz alta esta ley en presencia de todo Israel. Reunirás a todos los hombres, mujeres y niños de tu pueblo, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que escuchen y aprendan a temer al SEÑOR tu Dios, y obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley. Y los descendientes de ellos, para quienes esta ley será desconocida, la oirán y aprenderán a temer al SEÑOR tu Dios mientras vivan en la tierra que vas a poseer al otro lado del Jordán».