Popular Bible Verses from Isaías 60

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“¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha llegado tu luz, y la gloria del SEÑOR ha resplandecido sobre ti.

Entonces las naciones andarán en tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.

Porque he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra; y la oscuridad, los pueblos. Pero sobre ti resplandecerá el SEÑOR, y sobre ti será vista su gloria.

El más pequeño equivaldrá a mil; y el menor, a una nación poderosa. Yo, el SEÑOR, a su tiempo lo apresuraré”.

“El sol nunca más te servirá de luz durante el día ni te alumbrará el resplandor de la luna. El SEÑOR será para ti luz eterna; tu Dios será tu gloria.

Tu sol no se pondrá jamás ni te será quitada la luna; porque el SEÑOR será luz eterna para ti, y los días de tu duelo se acabarán.

Entonces lo verás y resplandecerás. Tu corazón se estremecerá y se ensanchará, porque la abundancia del mar se habrá vuelto a ti, y la riqueza de las naciones te será traída.

“Alza tus ojos en derredor y mira: Todos ellos se han reunido y han venido a ti. Tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán traídas en brazos.

“Entonces tu pueblo, todos ellos serán justos; para siempre heredarán la tierra. Ellos son los vástagos de mi plantío, la obra de mis manos, para manifestar mi gloria.

Nunca más se oirá de violencia en tu tierra ni de destrucción y ruina en tus territorios. Más bien, a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

Tus puertas estarán abiertas continuamente. No se cerrarán ni de día ni de noche, para que sean traídas a ti las riquezas de las naciones, y te sean conducidos sus reyes.

Una multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; todos ellos vendrán de Seba. Traerán oro e incienso, y proclamarán las alabanzas del SEÑOR.

“Los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán. Aunque en mi furor te herí, en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.

Aunque fuiste abandonada y aborrecida y no había quien caminara por ti, te convertiré en gloria eterna, motivo de regocijo de generación en generación.

Mamarás la leche de las naciones; mamarás el pecho de los reyes. Así conocerás que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.