Completed in 1986 by a team of Latin American evangelical Bible scholars, La Biblia de las Américas (LBLA) is an original work translated from the Hebrew-Aramaic and Greek directly into modern Spanish. The LBLA presents the Word of God in a clear and flowing style while maintaining accuracy. Following the same principles of translation set for the NASB, the LBLA is understandable to the general public and also suitable for serious study.

LBLA Audio NT

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 <div class="book bkEPH">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="EPH.2">
 <div class="label">2</div><div class="s"> De muerte a vida por Cristo</div><div class="p"> 1Y &#201;l os dio vida a vosotros, que estabais#2:1 Lit., estando muertos en#2:1 O, a causa de vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo seg&#250;n la corriente#2:2 Lit., &#233;poca de este mundo, conforme al pr&#237;ncipe de la potestad del aire, el esp&#237;ritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales tambi&#233;n todos nosotros en otro tiempo viv&#237;amos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo#2:3 Lit., haciendo los deseos de la carne y de la mente#2:3 Lit., de los pensamientos, y &#233;ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dem&#225;s. 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del#2:4 Lit., de su gran amor con que nos am&#243;, 5aun cuando est&#225;bamos muertos en#2:5 O, a causa de nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia hab&#233;is sido salvados), 6y con &#201;l nos resucit&#243;, y con &#201;l nos sent&#243; en los lugares celestiales en Cristo Jes&#250;s, 7a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jes&#250;s. 8Porque por gracia hab&#233;is sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; 9no por#2:9 Lit., de; i.e., como resultado de obras, para que nadie se glor&#237;e. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jes&#250;s para hacer buenas obras, las cuales Dios prepar&#243; de antemano para que anduvi&#233;ramos en ellas.</div><div class="s"> En Cristo hay paz y unidad</div><div class="p"> 11Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles en la carne, llamados incircuncisi&#243;n por la tal llamada circuncisi&#243;n, hecha por manos en la carne, 12recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadan&#237;a#2:12 O, comunidad de Israel, extra&#241;os a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jes&#250;s, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, hab&#233;is sido acercados por#2:13 O, en la sangre de Cristo. 14Porque &#201;l mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separaci&#243;n, 15aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en s&#237; mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo as&#237; la paz, 16y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad. 17Y vino y anunci&#243; paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca; 18porque por medio de &#201;l los unos y los otros#2:18 Lit., ambos tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Esp&#237;ritu. 19As&#237; pues, ya no sois extra&#241;os ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia#2:19 Lit., los de la casa de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los ap&#243;stoles y profetas, siendo Cristo Jes&#250;s mismo la piedra angular, 21en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Se&#241;or, 22en quien tambi&#233;n vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Esp&#237;ritu.</div>
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1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles en la carne, llamados incircuncisión por la tal llamada circuncisión, hecha por manos en la carne, recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Él mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad. Y VINO Y ANUNCIó PAZ A VOSOTROS QUE ESTABAIS LEJOS, Y PAZ A LOS QUE ESTABAN CERCA; porque por medio de Él los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

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