1. OFRENDAS Y DIEZMOS ONLINE:
Ya sea vía web, app o transferencia bancaria, podemos seguir siendo generosos con Dios y su casa.

2. AYUDA COVID-19 ACCIÓN SOCIAL:
Entra en hillsong.es/ayudacovidpara pedir ayuda, ofrecer ayuda y ver diferentes formas de apoyar.

3. CHATEAR CON EL EQUIPO:
Los domingos y durante algunas horas entre semana, tendremos a alguien en vivo resolviendo cualquiera de tus preguntas.

4. PETICIONES DE ORACIÓN:
Manda tus peticiones online para que nuestro equipo pueda orar por ellas.

5. REGISTRARTE SI ERES NUEVO:
Puedes hacerlo en alguno de los formularios online y alguien de nuestro equipo contactará contigo.

6. “IMPACTANDO LA SOCIEDAD”:
No te pierdas nuestro programa especial cada miércoles por la tarde.

7. HILLSONG KIDS:
Enhillsong.es/kidsenlineapuedes ver nuestro programa de Kids y nuestra App “Hillsong Kids” para Android o iPhone con diferentes programas en castellano.

1. QUEDADAS ONLINE:
Queda con ellos por videoconferencia a través de aplicaciones comoSkype, Hangouts, Zoom o Teams para hablar, hacer algún estudio y orar unos por otros. Llámalos y acuérdate en concreto de aquellos que están más solos.

2. ORAR:
Utiliza esta aplicación, YouVersion, para orar por diferentes temas con tu grupo.

3. DEVOCIONALES:
Haz uno o varios devocionales en esta aplicación.
Podrás seguir un plan de lectura en grupo y compartir notas con todos los que quieras. A continuación te dejamos el enlace de 3 devocionales

1. Sal de tu zona de confort

Lee Ester

A veces, hay cosas que sabemos que debemos hacer y son la voluntad de Dios, pero hacerlas implica dejar nuestra comodidad y enfrentarnos a nuestros miedos porque no sabemos cuál será el resultado. Habiendo leído la historia de Ester, por un momento, pensemos en cómo se sentiría ella por todo lo que se le estaba demandando para salvar a su pueblo. Para ella significaba salir de su zona de confort y dejar lo conocido por lo desconocido. Pero ella decidió confiar en que Dios tenía todo bajo control y tomó un gran paso en fe. Nosotros tampoco podemos ver el panorama completo de nuestra vida, ¿pero qué nos impide confiar en que el Señor tiene todo bajo control? Su Palabra dice que ni aún un pájaro del campo cae del cielo sin que Él lo sepa (Mateo 19:29). En esa confianza y con la ayuda del Espíritu Santo, debemos movernos, creyendo que todo lo que va a suceder está vigilado cuidadosamente por Él. Eso es lo que necesitamos para cumplir el plan de Dios en nuestras vidas.

¿Qué está impulsando tus decisiones?

Oración
Padre, declaro que soy tu hijo valiente. Que no tengo miedo de salir de mi zona de confort porque confío en que tú estarás en todo momento. Guía mis pasos y déjame ir solo hacia donde tú desees que vaya. En el nombre de Jesús. Amén.

2. El mismo lugar que parece tu obstáculo puede ser el punto de partida con el Espíritu Santo

Lee Hechos 1 y 2

En Hechos 1:4-5 Jesús habla a sus discípulos y les dice que juntos esperaran la promesa del Padre, que era el bautismo del Espíritu Santo. Les dijo que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran, porque el mismo Señor Jesús sabía que si no eran llenos del poder del Espíritu Santo, no podrían cumplir todo y cuanto Dios tenía preparado con ellos. Los discípulos llegaron a Jerusalén con miedo e incertidumbre sin saber lo que iba a pasar en el futuro. ¿Puedes sentirte identificado en este tiempo? La Biblia nos cuenta que aquella habitación donde estaban reunidos (Hechos 2:1) estaba llena de dolor, frustración y resentimiento. Es en medio de todo eso es cuando llega el Espíritu Santo y lo cambia todo. Él vino a calmar su dolor, borrar sus miedos y aclarar su futuro. Y así como lo hizo con ellos, lo hará con nosotros también. Cuando Dios acude a nuestro momento más doloroso es cuando podemos decir “ahora mis ojos te ven, ahora veo qué haces todo nuevo”.

¿Le has abierto a Dios la puerta de esa habitación para que venga y revolucione todo?

Oración
Padre, reconozco cuanto te necesito. Mi alma solo anhela estar en tu presencia. Ven, Espíritu Santo, y llena mi corazón con tu poder. Ya no tengo miedo a lo que vendrá porque tú vas conmigo. En el Nombre de Jesús. Amén

3. El aliento del Espíritu Santo ruge sobre tu vida

Lee Génesis 2:7

El Espíritu Santo llega a nuestra vida para aplastar al enemigo, con un rugido más grande y fuerte que nada en este mundo. Cuando todo está desordenado y en caos, Dios trae vida a todo aquello que está en movimiento, pero sin propósito. A veces tenemos que dejar de enfocarnos en el rugido del enemigo y dejar que el Espíritu Santo nos dé las herramientas para ganar nuestras batallas.

¿Qué batallas debo entregar al Dios en mi vida?
¿En qué momentos debo escuchar la voz del Espíritu Santo y no otras voces?

Oración
Señor Jesús, te agradezco porque me has dado tu Espíritu Santo. Te pido que me ayudes a tener una relación íntima con Él y poder aplastar al enemigo con el rugido de vida que sólo viene de ti. Amén.

4. El Espíritu Santo calma el caos

Lee Romanos 8:15

Desde Génesis podemos ver como el Espíritu de Dios se ha encargado de traer paz al caos. En nuestra vida diaria hay momentos en los que vivimos en completo caos y debemos aprender a pedir a Dios que sople su aliento de vida y que el Espíritu Santo obre sobre nuestra situación. El Espíritu Santo nos capacita para ver lo que nadie ve, ir a donde nadie va y saber lo que nadie sabe.

¿Cuáles son las áreas de mi vida en las que necesito la guía del Espíritu Santo?

Oración
Señor Jesús, te pido que día a día fortalezcas mi fe, mi confianza y mi esperanza en ti. Reconozco que ninguna batalla puedo ganar si no es contigo. Así que te entrego el control de mi vida. Trae paz a todo el caos. En tu nombre. Amén.

5. Es ahora y es para todos

Lee Juan 14:16, Hechos 2:4

La grandiosa promesa de la venida del Espíritu Santo marca una gran diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Antes, Dios se aparecía en momentos específicos y a personas especificas. Incluso cuando su presencia moraba dentro del Templo, en el Lugar Santísimo, era exclusiva para los sacerdotes, quienes debían entrar en completa santidad. Pero cuando Jesús prometió su venida en Juan 14:16, fue especifico en decir “para que esté con vosotros para siempre”, y esta promesa se cumplió en Hechos 2: “y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. En otras palabras, la preciosa presencia del Espíritu Santo ha estado disponible desde ese momento para todos y lo estará para siempre.

¿Estas disfrutando de la presencia del Espíritu Santo en tu vida diaria?
¿Vives con la certeza de que Él prometió estar a tu lado para siempre?

Oración
Señor, tu Palabra dice que tú enviaste al Espíritu Santo para estar conmigo para siempre. También dice que si yo te lo pido, tú me lo darás (Lucas 11:13). Hoy como tu hijo, vengo a pedirte que esa promesa se cumpla en mi vida. Permíteme disfrutar de tu presencia en este día y en todos los días de mi vida. Amén.

6. Permanece en Él

Lee 1 Juan 2:27-28

¿Alguna vez te has preguntado por qué no disfrutas de las cosas que tienes disponibles? A veces, vivimos cerca de la playa pero nunca vamos, tenemos muchos parques pero nunca salimos a pasear en ellos, e incluso quizás abundan muchas frutas en nuestra casa y se terminan pudriendo porque nunca las comemos. Las excusas suelen ser que estamos muy ocupados, que no nos queda tiempo o que tenemos poco tiempo y estamos muy cansados. ¡Qué no nos pase esto con el Espíritu Santo! La Palabra nos dice “pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros”. Es decir, Él está ahí, morando en nosotros y disponible. Pero también nos insta a “permaneced en él”. Es algo mutuo. Él está presente, pero anhela que también estés presente. Él prometió estar siempre, pero desea que tú también permanezcas para siempre en su presencia.

¿Estás permaneciendo en Él?
Este es un buen tiempo para volver y no huir de Él nunca más.

Oración
Espíritu Santo, perdóname si no he sabido permanecer en tu presencia. Perdóname si las excusas y las ocupaciones han sido mayores y no he disfrutado el privilegio de que estés siempre disponible para mí. Hoy dispongo mi vida y este tiempo que me regalas en casa para disfrutarte ahora y para siempre. Amén.