Vida Abundante Coronado

1. El temor a no saber que hacer, a tomar decisiones (Dirección).

1Re 18:1 Después de un largo tiempo, en el tercer año, la palabra del Señor vino a Elías y le dio este mensaje: «Ve y preséntate ante Acab, que voy a enviar lluvia sobre la tierra.»
1Re 21:17 Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita y le dio este mensaje: 18 «Ve a encontrarte con Acab, rey de Israel, que gobierna en Samaria. En este momento se encuentra en el viñedo de Nabot, tomando posesión del mismo.
2Re 1:3 Pero el ángel del Señor le dijo a Elías el tisbita: «Levántate y sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria. Diles: “Y ustedes, ¿por qué van a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? ¿Acaso no hay Dios en Israel?”
Ø Usamos un GPS para que nos dirija.
Ø Somos más dados a hablarle a Dios que ha escucharlo.
Ø Muchas veces Dios nos dirige a través de impulsos.
Ø No seguir la dirección de Dios es la forma más improductiva de vivir.

Sal 32:8 El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti

2. El temor a no tener recursos (Provisión).

1Re 17:2 Entonces la palabra del Señor vino a Elías y le dio este mensaje: 3 «Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán. 4 Beberás agua del arroyo, y yo les ordenaré a los cuervos que te den de comer allí.» 6 Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne, y bebía agua del arroyo. 7 Algún tiempo después, se secó el arroyo porque no había llovido en el país. 8 Entonces la palabra del Señor vino a él y le dio este mensaje: 9 «Ve ahora a Sarepta de Sidón, y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer.»

1Re 19:4 y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.» 5 Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido. De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come.» 6 Elías miró a su alrededor, y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes, y un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse.

Ø El temor a no tener hace que tomemos malas decisiones.
Ø Elías aprendió dos lecciones cruciales.

1)Los recursos los provee Dios
2) los provee de maneras extrañas y de formas que no pensamos.

Ø Dios hará que no falte nada. Cuervos, viudas, ángeles.
Ø No se angustie si la provisión actual de Dios se está acabando, vendrá otra.
Ø La provisión de Dios acompaña la dirección de Dios

3. El temor a quedarse solo (Compañía).

1Re 19:14 —Me consume mi amor por ti, Señor, Dios Todopoderoso. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también! 15 El Señor le dijo: —Regresa por el mismo camino, y ve al desierto de Damasco. Cuando llegues allá, unge a Jazael como rey de Siria, 16 y a Jehú hijo de Nimsi como rey de Israel; unge también a Eliseo hijo de Safat, de Abel Mejolá, para que te suceda como profeta. 17 Jehú dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jazael, y Eliseo dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jehú. 18 Sin embargo, yo preservaré a siete mil israelitas que no se han arrodillado ante Baal ni lo han besado.

Ø Muchos hábitos dañinos son síntomas de soledad.
Ø Podríamos estar solos en medio de un montón de gente.
Ø El activismo podría profundizar la sensación de soledad.

Sal 37:28 El Señor no abandona a quienes le son fieles.

4. El temor a que nos pase o nos hagan algo (Protección).

1Re 17:1 Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene.» 2 Entonces la palabra del Señor vino a Elías y le dio este mensaje: 3 «Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán.
1Re 19:2 Entonces Jezabel envió un mensajero a que le dijera a Elías: «¡Que los dioses me castiguen sin piedad si mañana a esta hora no te he quitado la vida como tú se la quitaste a ellos!» 3 Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo.
Sal 46:1 Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia

Conclusión.

Hay prácticas que se convierten en tierra fértil para el temor:
1. La creencia de que es mejor adelantarnos a lo que va a pasar.
2. Imaginar lo negativo y a predecir lo peor porque una vez nos pasó algo feo
3. Absurda necesidad de “controlar” nuestras vidas y nuestro futuro.
4. Intolerancia a la incertidumbre.
Tenemos el Dios que cualquier persona desearía:
1. La gente quiere un Dios que guíe.
2. La gente quiere un Dios que provea.
3. La gente quiere un Dios que esté presente cuando lo necesitamos.
4. La gente quiere un Dios que proteja.
Siempre que estemos bajo la dirección de Dios, podemos estar seguros de que:
1. Estamos bajo la provisión de Dios.
2. Estamos con la compañía de Dios.
3. Estamos bajo la protección de Dios.