· Es una mala palabra para muchas personas porque se liga con abuso, violencia y debilidad.

· Acá tenemos un problema, pues la Biblia la presenta como una virtud.

· ¿Qué es sumisión? La sumisión es un concepto positivo, no negativo. La sumisión significa que invertimos nuestros talentos, habilidades, recursos, y energía en la honra y dignidad de otra persona. Actitud voluntaria de ceder, cooperar, asumir responsabilidades.

· ¿Que no es sumisión? La sumisión no es esclavitud. No es inferioridad. Jesucristo no era inferior a María y José , sin embargo, la Biblia nos dice que «estaba sujeto a ellos» (Lc.2.51). Jesucristo en ninguna manera era inferior a Dios el Padre, aún así se nos describe sometiéndose.

Los seres humanos somos iguales ante Dios. Aun el amo y el esclavo en tiempos de Pablo.

· Aquí es fundamental establecer la igualdad del hombre y la mujer. (3 pilares)

· Está la decisión divina de crear al ser humano, los hace a su propia imagen, como hombre y mujer, desde el comienzo a la humanidad fue hombre y mujer, el texto no sugiere que un sexo es más semejante a Dios que el otro.

· La gran declaración de libertad cristiana de Gálatas. Implica que por estar en Cristo y disfrutar de una relación íntima con él, las distinciones raciales, nacionales, sociales y sexuales son irrelevantes. Por tanto, la igualdad entre hombre y mujer, establecida en la creación, pero pervertida por la caída, se recuperó gracias a la redención que hay en Cristo.

· La Unción.

· Dios derramó su ES sobre todas las personas, hijos, hijas y hombres y mujeres. No hay evidencia de que los dones fueran dados solamente a los hombres. En el NT mujeres recibieron el don de la enseñanza. Priscilla enseñó a Apolos. Evodia y Sintique enseñaban en Filipos.

· No se exige, sino que se gana, se siembra y se vive.

· Todo lo que yo quiero en los demás, debo vivirlo intensamente primero.

· Respeto.

· Jesús dignifica a esta mujer, ella ha sido, violentada, humillada y expuesta. La sociedad no ha sido justa, pues el hombre del evento no ha sido medido con la misma regla. Pero Cristo es diferente, le recuerda que no vino a lanzar piedras, sino para levantar, perdonar. Trata con profundo respeto, a alguien que ha cometido un grave error.

· Servicio.

· Una persona que sirve, es una persona realizada. La sociedad presiona por el clasismo y el dominio. Pero de un cristiano se espera una actitud totalmente diferente, – una reacción contracultura en la que sirve con mayor fuerza, mientras mas crece. A mayor responsabilidad, mayor oportunidad de servir.

· Esto enfatiza que somos responsables de adoptar este tipo de actitud porque no es natural para nosotros, sino que es una disciplina aprendida.

· Sacrificio.

· Nosotros nos entregamos y sometemos a Cristo, por el amor que generó su sacrificio por nosotros. Cuando una persona padece de “enseñoreamiento”, es capaz de instrumentalizar a los demás. Cuando una persona usa a los demás, pero no es capaz de morir y sufrir por sus significativos; es imposible que el amor sacrificial no produzca una saludable relación interpersonal.

Conclusión.

· Por eso es que estamos peleados y distanciados. Somos egoístas y rencorosos. Porque las grietas de nuestro carácter lastiman nuestras relaciones.

· El primer verso de Efesios capitulo 5, pareciera algo sencillo… “Imiten a Dios, como hijos muy amados…”. ¡Pero un momento!... ¿Podríamos imitar a Pavarotti? – o ¿Correr como Usain Bolt? – o ¿Pintar como Rembrandt? – Seguramente que No. Pero la orden del apóstol Pablo a la comunidad de fe es: “Caminen como camina Dios”, eso es solo posible si fijamos nuestra mirada en Cristo, el es el modelo a seguir. De nuevo el corazón se llena de frustración, pues no contamos con la fuerza, el vigor o el amor que se requiere para imitar a Dios… Hasta que se nos recuerda que es imposible en las fuerzas humanas, los vicios humanos, nos rebajan y hacen imposible que tengamos relaciones saludables, hasta que no nos inunde la presencia del ES, y seamos capaces de “someternos los unos a los otros”.

· La sumisión es un estilo de vida. Debemos estar siempre listos para dar lugar a otros. para que Dios pueda recibir la alabanza, el honor y la gloria.